lunes, febrero 12, 2007

A jusgar por lo último que escribí en este blog y la prolongada ausencia de post da la impresión de que todo fue mal, todo lo contrario, todo fue genial; marzo es el punto cero, e punto de reinicio de mi nueva carrera. Y digo carrera porque en realidad aunque odie admitirlo eso es lo que es al final de cuentas; una competencia, una gran pista de obstáculos y mojones de perro en el camino. El problema radica en que a veces uno más que nada compite contra si mismo y nuestras reglas combaten contra las reglas de esta enorme estructura que algunos han llamado matrix. Pero fuera de la obvio, fuera de lo difícil que es avanzar en un sistema que rehuye a la autenticidad a menos de que esta venda, fuera de los dolores de cabeza, el prosac y la heroína, de la filosofía, de política, y de la inmensa conspiración que el mundo trama contra cada uno de vosotros y que ejecutamos cada uno de nosotros, fuera de todo o más bien dicho "en la raíz" de todo eso está el calcinante deseo que me atrevería a decir, intrínseco al ser humano, de darle un propósito al existir.

Why the fuck I am here?!

Es el ultrarchi repetido ¿por qué estoy aquí? el gran regalo de la evolución humana o de la fruta prohibida, como prefiera, el self awareness, la condenadora capacidad de apreciar el prppio reflejo en el espejo. No importa cuanto duermas, no importa cuanto le rehuyas, al final y comienzo de cada día ahí esta el altar del espejo, en el sitio más confidente de tus asperesas y miradas, el único sitio que puede competir en omnicencia con Dios.
Comienza el día y comienza el examen personal, ahí están las ojeras de siempre, allí hay una nueva espilla para la colección, ni mencionar los puntos negros, ahí esta la persona que debe ir a trabajar hoy y lidiar con el jefe y el cliente, la oveja negra o la blanca de la familia, o tal vez ese que solo es uno más del rebaño. Maldición insoportable de vivir. Concluyo que quien dijo que romper espejos daba 7 años de mala suerte lo hizo con la buena intención de mantenernos lejos de la bancarrota.
Al final Emos o no, todos somos existenciales, sólo que unos como yo se dan la lata de hablar de ello e incluso publicar en internet textos acerca del temita.


Algunos le han dado el propósito del exito, el poder, otros el del bienestar, otros el de sentar cabeza, algunos prefieren ayudar, otros prefieren ayudarse a si mismos, y otros prefieren ayudar a quienes les ayudan.



Quienes somos para jusgar, despues de todo, estadísticamente hay un Hitler entre nosotros, pero nos encanta pensar que ese sujeto no es uno.