domingo, marzo 11, 2007

Sólo sé que nada... ¿cómo era?

El cielo se eleva por muy encima de mi cabeza, la luz de las estrellas declara que sólo soy un humano más, el viento susurra a mi oído apasiguando mi mente, arrancando el maldito control de la incansable conciencia que todo lo cuestiona protegiéndome del exterior, agobiándome con sus preguntas obvias que tan fuerte sonaban en la soledad de mi pieza en esos días no hábiles, espectros que vociferaban dentro de mí liberando aquellos ácidos que carcomen las tripas, voces que apenas lograba silenciar con el fuerte golpeteo de una bateria y la estridente guitarra que, con volumen máximo, aún se apodera de mi habitación .
Supongo que todo comenzó cuando rompí mis propios esquemas al renunciar a periodismo, no es fácil cortar un trabajo de 3 años, no es fácil darse cuenta que las cosas que pensaste para tí y tu futuro no van a pasar y que aun así nada tiene de terrible. Lo realmente dificil es darse cuenta que el vacío en tu interior no tiene una ideal respuesta ni una ideal persona, un mundo de posibilidades se abre y de pronto te sientes pequeño como un infante sin forma ni resolución alguna, lo único en limpio es que sabes que no sufrirás más por nada salvo aquello que sea importante, que la búsqueda de la felicidad es algo legítimo pues ya sabes como escalar sin poner tu pie encima de nadie.
Ahora estar sentado o estirado en la cama son actos que sólo dan placer al estar cansado pues al poco tiempo de recuperadas las energías los tiempos muertos se vuelven como brazos adultos en un niño pequeño que intenta liberarse pues ha aprendido a caminar. El silencio es ahora una bendición que te permite ordenar las ideas y reirse de lo recientemente ocurrido. Porque hay que reirse de lo que no entiendes sobretodo de ti mismo; saco de preguntas y esquizofrénicas conciencias, no tienes todo claro y no te pegas un tiro por ello, liberas tu verdadera escencia, esa que te permite ser tu mismo corriendo el gran riesgo de que ELLOS no te aprueben nunca más o de que esos OTROS no te acompañen, total desde un principio has sabido dar sin recibir, cuando lloren volverán a ti y, obvio, les recibirás porque de lo poco que sabes es que, aunque eres un conchasumadre, no eres tan malo.

monotony no more!

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